Los niños
esperaban al maestro en aquella pequeña aula que Gonzalo había habilitado
para poder ejercer su profesión. Algunos jugaban y correteaban por la clase,
aprovechando la ausencia de su profesor. Sin embargo, Alonso se encontraba
sentado en el pequeño escalón de la entrada, cabizbajo y con la mirada
perdida. Murillo que venía con Catalina y conocía muy bien a su joven amigo, esperó a
que su madre se marchase para preguntarle lo que le pasaba.
-Alonso, estás
raro-¿te has peleado con tu padre?- dijo el pequeño niño de pelo
ensortijado sentándose a su lado y reconociendo el enfado de su amigo.
- Mi padre
tiene novia Murillo- respondió con el ceño fruncido y el rostro enrojecido.
-¿Y no es tu
tía?- dijo su amigo asombrado.
- No…..es una
desconocida, yo nunca la había visto. El niño no entendía de donde había
salido esa desconocida. Había surgido de la nada.
-¿Y es guapa?-
preguntó Murillo con curiosidad.
-¿Y eso que
importa?- Alonso levantó la voz claramente indignado por aquella pregunta.- mi
tía Margarita es mucho más guapa…
Sin ser
conscientes de ello, los niños estaban siendo espiados por Nuño, el hijo de la
marquesa, que tenía una gran rivalidad con el hijo del maestro. Por esa razón,
disfrutaba con todo aquello que hiciera sufrir a Alonso. Había heredado la lengua
sibilina de su madre y su “don” para ahondar en la llaga de aquellos a los que
despreciaba. Era por lo general un chico sin escrúpulos que aprovechaba
cualquier oportunidad para vanagloriarse de su noble alcurnia.
Cuando Nuño
consideró que había oído suficiente, hizo acto de presencia delante de los
niños.
-¿Qué pronto
ha olvidado tu padre a tu mamá, no Alonso?- exclamó arrastrando
cada palabra de forma claramente audible para toda la clase.- Y tu tía será
muy guapa- continuó diciendo- pero no la quiere nadie.
Alonso se
levantó e intentó abalanzarse sobre Nuño, pero Murillo y algunos niños más, que
conocían el carácter impulsivo de Alonso le detuvieron.
- Atrévete a
repetirlo imbécil- gritó Alonso desencajado por la furia.
- ¿No te ha
contado que el médico ya no se va a casar con ella?- Nuño se crecía al ver
el efecto que producían en Alonso sus palabras, y eso le hacía sentir poderoso.- La dejó plantada por otra...una noble de su nivel.
La noticia de
que su tía ya no contraería matrimonio con Juan, le habría alegrado en
otra circunstancia. Pero saber que ahora que ella estaba sola, su padre tenía
novia le hacía sentirse aún más dolido de lo que ya estaba.
Satur llegó de
forma precipitada a la clase, para darles la noticia de que el maestro no
podría asistir, y se encontró con un corrillo de niños rodeando a Alonso y a
Nuño. Tanto unos como otros, intentaron disimular. Las peleas de niños no eran
para los adultos, ya no eran tan pequeños como para necesitar el apoyo de
los mayores cuando reñían entre ellos. Le pareció percibir que algo raro
había pasado, sobre todo porque los niños no habían actuado como habría cabido
esperar.
- Pero bueno…
¿no echáis a correr? ¡Que tenéis el día libre almas de cántaro!
Satur se rascó
la cabeza, como hacía siempre que algo no terminaba de encajarle,
pero no le dio importancia y se fue de nuevo a casa, donde Gonzalo le esperaba.
Tenían que recabar información sobre el ajusticiamiento de Blake y trazar
un plan.
- Parece que
tu padre no pierde el tiempo ¿No Alonso?...- De nuevo picó al niño sin
ningún tipo de escrúpulos.- Ahora debe estar retozando con ella en la cama de tu
madre.
Alonso se
revolvió y esta vez sí alcanzó a Nuño, propinándole un puñetazo en el rostro.
- Nuño, quiso
devolvérselo, pero el resto de los niños protegieron a Alonso formando una
piña a su alrededor.
- Te
arrepentirás de esto plebeyo….- miró al hijo del maestro con intenso odio
y se marchó.
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